La curvatura de la córnea

18 marzo 2024

El fantasma de la Ópera

 


Arte y Técnica al servicio del espectáculo

Han pasado casi cuarenta años desde que se estrenó 'El fantasma de la ópera' y la historia en torno a la genialidad musical de un hombre marginado por su deformidad que se enamora de una excelente soprano a la que somete y aleja de quienes la quieren para conseguir su amor. El texto no ha variado pero la dirección de la nueva producción subraya el conflicto interior de un hombre que no acepta su imagen, al tiempo que la soprano se debate en dos planos. Ofrece resistencia para ser raptada, y su debate interior, lejos de plantearse cuestiones amorosas, se centra en si vale la pena pagar el precio que le piden para llegar a ser la mejor interprete lírica de la historia. De esta manera la peripecia, más allá del amor tóxico entre dos personas, pretende acercarse al mundo de los artistas que se someten a exigencias tortuosas para alcanzar el nivel de excelencia que se precisa hasta alcanzar el mayor de los triunfos. La reflexión estaría en comprender que la meta quizás sea tener una vida tan terrenal en la que el amor se c compatible con elevar la belleza del arte y alimentarse del aplauso del público. Un combinación que al parecer es más difícil de lograr que tan solo enunciarla.

La función se sitúa en la categoría de teatro lírico, si los musicales más modernos atienden a la secuencia de diálogo, canción y aplauso, en este caso la narración se somete sin concesiones a la partitura. Es una decisión fundamental porque muchos de los finales en alto de algunos de los temas en lugar de cerrarse en ovación, continúan el implacable el tempo musical y la acción, en lugar de detenerse, continúa con un un interludio instrumental, una nueva canción o freses dialogadas que ofrecen una impronta operística, y que tal vez hubieran estado mejor resultas con un diálogo que no estuviera cantado. Varios pasajes pasajes metateatrales componen interesantes pinceladas de ópera bufa, un espectacular homenaje al carnaval que rompe la cuarta pared, y momentos para jugar con la interpretación naturalista y la siempre jocosa sobreactuación.

"Siente la música" es el eslogan que se destaca en los carteles de la función que decoran la ciudad, y en ese empeño se centra el excelente trabajo técnico para ensamblar la parte instrumental de una orquesta compacta con las excepcionales intervenciones vocales de los actores. La mezcla forma un muro de sonido compacto y energético en el que se aprecia la consistencia del volumen aparentemente muy alto, y sin embargo no llega a molestar en ningún momento.

La escenografía es un mecano espectacular y funcional que sorprende por su capacidad mutante gracias a la combinación de una estructura móvil de grandes dimensiones que gira en el centro del escenario para cambiar constantemente el punto de vista del espectador que, acompañado por el despliegue de una escenografía más tradicional pero tan atractiva como eficaz, consigue una puesta en escena muy potente para introducir al público en el ambiente gótico de terror, aumentar la dinámica de las acciones con un resultado sobresaliente en el secuestro en góndola, y tener la sensación de recorrer todos los recovecos de la Ópera de París, desde las catacumbas a lo más alto desde donde cuelgan Las Tramoyas.

'El fantasma de la Ópera'

Autores Andrew Lloyd Webber (música), Charles Hart y Richard Stilgoe (libreto y letras) Dirección y escenografía Federico Bellone Dirección musical Julio Awad Coreografía Gillian Bruce Vestuario y caracterización Chiara Donato Iluminación, Valerio Tiberi, Sonido, Roc Mateu, Intérpretes, Gerónimo Rauch, Talía del Val, Guido Balzaretti, Marta Pineda, Francisco Ortiz, Enrique R. del Portal, Omar Calicchio, Silvia Luchetti, Laura Martín

Teatro Albéniz de Madrid. Febrero de 2024.


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Paris


París a media
s

El programa de mano de ‘Paris’ nos habla de una pareja. Uno y Dos tienen comportamientos tan humanos como los de Dos y Uno, ambos pasan por situaciones sencillas que se complican por los inesperados caminos de la vida, de los sueños o de la imaginación hasta convertirse en una minúscula epopeya con el tono de una comedia de humor patético.

 El aroma existencialista de la función me llevó hasta el Kierkegaard que afirma que cada sujeto define el momento de lo que quiere ser a partir de un horizonte de anhelos y expectativas que les impulsa a moverse y, aunque a veces parezcan quietos, estáticos o paralizados, el impulso de vivir siempre los deja en un camino que  siempre parece el mismo. Sin embargo una apelación tan directa a lo patético nos sitúa ante la mezcla de lo cómico y lo trágico para llegar a un humor reflexivo que nos devuelve a Kierkegaard y su concepción del humor como el mecanismo que revoca el sufrimiento por medio de la broma.

 ‘Paris’ se sostiene sobre un texto que es una invitación a reflexionar a partir de un humor con la función de contrapunto crítico. El método que usa es un laberinto de imágenes y palabras enfrentados a vueltas y revueltas, frases que sirven de espejo, contradicciones que terminan por ser coherentes aunque todo esté del revés hasta que el resultado, más allá de algunos picos que consiguen la sonrisa del chiste, es una peripecia que recorre temas profundos y complejos que revolotean alrededor de nuestra existencia: Muerte, suicidio, recuerdos, el viaje por venir, la catarsis del cambio mucho más cercana del sueño que de la realidad, la percepción que se tiene de uno mismo o la importancia (siempre relativa) de ser un comunista pata negra.

La exposición de los contenidos tiene se percibe con la virtud de unos deliciosos circunloquios que, entre recovecos inesperados, terminan desvelándose  como una  apelación persona mientras  la fuerza del discurso gira y gira para que las mismas palabras digan lo que digan, o lo que tengan que decir según la apreciación de quien las escucha, o del momento vital en el que se encuentra el espectador. Un ejercicio para deleitarse por las cosas que se están diciendo, y al mismo tiempo aburrirse por como se dicen.

La sencillez de la escenografía y los deliciosos compases musicales que separan las escenas son el preámbulo estético que te predispone a una adhesión emocional al espectáculo. Esta primera impresión funcionó durante el inicio de la función, cuando los recursos retóricos en el uso del lenguaje todavía tenían la pátina de la novedad. Pero mientras avanzaba la peripecia aumentaba la distancia entre la fluidez que merecían las palabras y su retórica, entre el lenguaje y la situación. Las  confusiones y malentendidos perdían vuelo por unas interpretaciones con un peso escénico menguante hasta alcanzar los terrenos de la monotonía y la desconexión con los personajes. Campos se situó en un registro plano excepto en algunos cambios de ánimo en los que estuvo forzado y sin credibilidad. Ortega fue todo lo contrario, y a base de subrayar todas y cada una de las palabras solo consiguió un soniquete que diluía la fuerza expresiva de las frases.

El reto que nos presenta la función es mayúsculo: Alcanzar el juego de contrarios al que nos invita el programa de mano, o vaya usted a saber, que a lo mejor Uno y Dos son en realidad Uno o quizás Dos. Lograr un grado de complicidad que conecte los personajes y el patio de butacas. Dar la voltereta entre la dualidad y el individuo con la ligereza y el compromiso de unas actuaciones mucho más densas y precisas. Todas estas cumbres me llevan a las palabras de Javier Vallejo cuando, en una circunstancia similar a la que se produce en este espectáculo, se pregunta por el resultado que se produciría si la concreción de un buen texto se mediante un director de escena y dos actores que no estuvieran implicados al mismo tiempo en las tareas de escritura, dramaturgia, dirección y actuación. Hacer todo a la vez implica la dificultad de estar en diferentes lugares al mismo tiempo, mantener todas las perspectivas, y perder la oportunidad de trabajar codo con codo con un equipo de iguales. 

 ‘Paris’

Producción: Teatro del Espejo y Le Plató de Teatro. Autor: Rafael Campos. Dramaturgia, dirección, interpretación y espacio escénico: Paco Ortega y Rafael Campos. Banda sonora: Paco Aguarod.

Martes 5 de marzo de 2024. Teatro del Mercado


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17 marzo 2024

Un delicado equilibrio

 




La oscuridad de la tristeza

Edward Albee escribió está función en la frontera temporal entre la incipiente contracultura norteamericana de paz y amor y los primeros veinte años de la Guerra Fría. Personajes de 1966 que representan la vida de una próspera familia de clase alta en lo económico, atemorizada por la posibilidad de un ataque nuclear soviético y al albur de un miedo que influye en las relaciones sociales y familiares

Este contexto histórico se sintetiza con una puesta en escena de claroscuro. Un salón de tonos verdes metálicos transmite la idea de búnker cerrado, donde la única salida a la vista tiene nombre de Dry Martini por la mañana, coñac por la tarde y whisky por la noche. Un espacio áspero donde las tensiones explotan con la violencia de unas palabras bumerang que lanzan reproches y ocultan cariño. Una pareja de amigos portadores del tono negro irrumpen desde el exterior para aumentar la discordia del ámbito familiar, y constituirse en el patrón que mide la altura moral de los sentimientos y la hipocresía de los discursos.

El notable trabajo actoral muestra con precisión y nitidez unos personajes complejos y contradictorios. A bordo de una montaña rusa de intensos y acerados diálogos cobran vida gracias al dominio de un fraseo elegante con momentos para la esgrima de la ironía, el brillo de argumentos demoledores y sentencias que preceden al silencio. La gradación de la gestualidad esquiva la tentadora línea de la exageración para moverse con eficacia entre la calma que escucha, el remedo festivo, la pataleta infantil y el control frio de las emociones. La dramaturgia mantiene perfectamente la tensión de la peripecia hasta que el ritmo decae en un dilatado desenlace iluminado por una cierta esperanza. La luz de un nuevo amanecer para quienes viven en la oscuridad de la tristeza.

‘Un delicado equilibrio’

Calificación: 3 estrellas

Producción: Producciones Teatrales Contemporáneas. Autor: Edward Albee. Traducción: Alicia Borrachero y Ben Temple. Dirección: Nelson Valente. Reparto: Alicia Borrachero, Ben Temple, Manuela Velasco, Cristina de Inza, Joan Bentallé y Anna Moliner. Escenografía y vestuario: Lúa Quiroga. Iluminación: Ión Anibal.

Viernes 15 de marzo de 2024. Teatro Principal.

'Un delicado equilibrio': La oscuridad de la tristeza (heraldo.es)




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14 marzo 2024

Menina. Soy una puta obra de Velázquez

 


Menina. Soy una puta obra de Velázquez

María Bárbara Asquin entró al servicio de Felipe IV en 1651 en calidad de «Enana de la Reina», y como una de las damas de compañía de la Infanta Margarita. Conocida como Maribárbola cobraba una paga, tenía un sirviente y durante el verano gozaba del lujo de disponer de cuatro libras de nieve al día. Su presencia en palacio estaba directamente relacionada con su condición de acondroplástica. La Casa de los Habsburgo seguía la moda de otras cortes reales y disponía de personas con taras físicas o mentales. La historiografía se decanta por explicar esta costumbre desde el punto de vista culturalista. Fernando Bouza pone el acento en la carga simbólica que tiene unir en el mismo espacio figuras consideradas deformes de ridículas desproporciones junto a personas reales, principescas o aristocráticas para resaltar su perfección y galantería.

Velázquez pintó 'Las Meninas' en 1656 y de la multitud de significados que tiene la obra nosotros nos vamos a detener en uno de ellos. Maribárbola y el enano Nicolasito Pertusato están situados en el mismo plano de importancia visual que la infanta y sus damas de compañía.

La primera lectura de 'Menina. Soy una obra de Velázquez' es una declaración de intenciones para denunciar el incremento de casos de bullying en el ámbito de la escuela. Sin embargo, la función también apela directamente al espectador para que reflexione cuál es su posición personal y moral frente a dos posiciones muy diferentes que, situadas en el siglo XVII, reconocemos inmediatamente en la actualidad. La vanidad de la corte española y su contra punto horrendo, o por el contrario la mirada de un pintor genial que decide situar en un plano de igualdad la belleza del canon real y la diversidad física.

La idea inicial que puso en marcha el proceso creativo partió de una experiencia personal del productor Juanma Holguera. J. P. Cañamero, Pedro Luís López Bellot y Sergio Ardillo escribieron un texto caracterizado por los diferentes tonos. El monólogo interior, la frialdad rabiosa de los datos, un desenfadado humor costumbrista, y una intención poética para recorrer algunos cuadros claves que nos ayudan a comprender cómo el canon de belleza se modifica con el tiempo.

La dirección acierta al colorear estas diferentes formas de narración modificando los estados en los que se emite la voz de la actriz. Profunda suavidad de sentimientos pregrabados. Rabia en movimiento que salen de las tripas y una frialdad descriptiva que corta las carnes detrás del micrófono. Variaciones de volumen, densidad y ritmo de una voz natural que brota del corazón. Todos estos cambios formales se sintetizan en las tres primeras piezas, un puzle temporal para anunciar todo lo que nos queda por ver: el miedo de la víctima, la dimensión en cifras del problema y el cachondeo malaje o bien intencionado que utiliza una palabra como el martillo pilón del insulto: Gorda.

Gorda como señalamiento en el ámbito de la escuela justificado con el tradicional son cosas de niños. Mirar hacia otro lado cuando gorda aparece entre los estudiantes que ya tienen móvil para viralizar la broma en unas redes sociales siempre dispuestas a la risotada, hasta ampliar el campo Semántico a ballena, foca, zampabollos y ojalá te mueras cerdita. Así funcionan los depredadores. La misma especie que ataca a negros, mujeres y . Depredadores en acción protegidos por el velo silente de quienes no queremos ni ver ni oír.

La escenografía se viste de blanco y negro. En esta historia No hay grises ni paños calientes. El escenario vacío y dos formas de medir el tiempo. Un lienzo blanco e impoluto gira para medir el devenir colectivo que necesitamos hasta comprender y empatizar con la víctima, mientras la imagen del cuadro de Velázquez que no podemos ver, se agiganta con toda su carga artística y simbólica. La metamorfosis del vestuario marca el tiempo vital de la protagonista. El tiempo necesario para desprenderse del luto de la humillación y que la vida brille en cada pliegue de la piel.

La dramaturgia de Pedro Luís López Bellot tiene las características de anteriores producciones. La brocha gorda de la parodia con la que quitaba el polvo al mito de los 'Conquistadores' se ha cambiado por el pincel fino para dibujar emociones que se esconden detrás de cada vejación. Si el espacio diáfano de 'Maquiavelo' le permitía dividir el escenario en tres esquinitas por las que el protagonista se movía con destreza utilizando pequeños detalles que modificaban el peso de la dicción y la gestualidad. El espacio todavía más vacío de 'Menina' aumenta el valor del trabajo actoral de Nuqi Fernández que, con una interpretación cimentada en la verdad y la honestidad, es capaz de fusionar el Doble concepto teatral sobre el que se construye la función: una deliciosa sencillez visual y un discurso complejo. El resultado sobre el escenario consigue un sobresaliente equilibrio entre emoción, denuncia y esperanza.

Menina. Soy una obra de Velázquez' es un buen ejemplo de como el trabajo en equipo que aúna escritura, dirección y representación garantiza el éxito de un patio de butacas puesto en pie con una larga y sentida ovación.

Menina. Soy una obra de Velázquez'.

Producción: Proyecto Cultura y Festival de Teatro Clásico de Cáceres. Idea original y producción: Juanma Holguera. Autores: J.P. Cañamero, Pedro Luis López Bellot y Sergio Adillo. Dirección, dramaturgia y escenografía: Pedro Luis López Bellot. Intérprete: Nuqui Fernández. Voz en Off: Cecilia Lag y Nuqui Fernández. Iluminación: Pedro L. López Bellot y Jorge Rubio. Espacio sonoro y música: Álvaro Rodríguez Barroso. Vestuario: Rafael Garrigós.

Miércoles 28 de febrero de 2024. Teatro de las Esquinas.

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12 marzo 2024

Conquistadores


 

Conquistadores de risa y leyenda

La conquista de las tierras a las que arribó Colón siempre ha sido un tema polémico. La última escaramuza saltó cuando el ministro de cultura propuso revisar las colecciones de los museos estatales con la intención de superar la mentalidad colonial con la que se expone o explican algunas piezas. El periodista Idafe Marín Pérez recogió en un artículo algunas de las reacciones a esta medida en el que entrecomilló frases como "España no fue una potencia expoliadora"

La historiografía nos recuerda que fundamentos, métodos y resultados de la empresa conquistadora fueron discutidos desde su inicio. Miguel Molina Martínez, profesor de la universidad de Granada, acude como ejemplo a la obra del cronista y conquistador Pedro Cieza de León y su capacidad para reflejar la exaltación de la misión en la que se había embarcado, y señalar la evidencia dramática de aquella gesta. En sus escritos reconoce que gracias a los Englishes multitud de indios abrazaron a la Santa Madre Iglesia, pero también que gobernadores y capitanes hacían muchas vejaciones y males a los indios que, tras defenderse matando a muchos cristianos, padecían crueles tormentos y Recias muertes como la quema de sus cuerpos.

Molina Martínez, más allá del uso interesado y propagandístico que se haga de los hechos históricos, considera incontrovertible que dentro del marco histórico europeo de la época, "la conquista española supuso la destrucción de las civilizaciones indígenas, desarticulando totalmente su organización político-administrativa, sus estructuras socioeconómicas, sus tradiciones religiosas y culturales" Y sin embargo la controversia parece eternizarse entre dos visiones enfrentadas. Mientras desde la academia se aferran a la metodología historiográfica, siempre hay quienes abrazan la confusión entre leyenda y realidad, una práctica que precisamente era algo habitual en la época moderna de los conquistadores como herencia de una época medieval que empezaba a ser superada. Esa forma de enfrentarse a los acontecimientos históricos debería estar superada con una sola excepción y, como ocurre en 'Conquistadores', que la ficción alimente la caldera del teatro.

La parte inicial del texto de Cañamero humaniza a los conquistadores alejándolos del arquetipo del héroe. Los protagonistas tienen aspiraciones esencialmente pragmáticas relacionadas con los sueños de riqueza y poder; pero también muestran la huella indeleble del hombre medieval cuyo imaginario está influenciado por los libros de caballerías, aventuras y desventuras que conectan directamente con la forma en las crónicas en las que se narran la conquista del Nuevo Continente. Relatos en los que se mezclan acontecimientos y lugares reales con diálogos desternillantes y tierras fantásticas tan difíciles de cartografiar como la Fuente de la Eterna Juventud, El Dorado y el Jardín del Edén. La fauna de los nuevos territorios se relaciona con los bestiarios medievales y así las rapaces se confunden con grifos, y los fósiles de dinosaurios con gigantes y monstruos.

La dramaturgia de la función se sube al carro de este marco histórico y legendario para construir una ficción alimentada por un teatro absurdo que le quita el polvo a los mitos y los sustituye por unos excelentes brochazos de parodia y tentetieso.

La puesta en escena apuesta por el espacio vacío donde una bañera y cuatro varas sirven para recrear montes, barcos, la cruz de Cristo y armas de fuego. Se trata de un juego creativo que incita a la imaginación del espectador y, al mismo tiempo, se sacude los escasos asideros históricos para que brille el arte dramático al servicio de la risa y que fluya la imaginación. Los tres actores se adueñan del espacio para desparramar la farsa de la gestualidad y diálogos chanantes. El resultado es un delicioso batiburrillo donde los saltos temporales de la peripecia, la dicción a toda pastilla y un texto asaltado por improvisaciones de temáticas locales consiguen un disparate de risas centrifugadas en el escenario y tendidas en el patio de butacas.

'Conquistadores'

Producción: Proyecto Cultura. Idea original: Juanma Holguera. Texto: J.P. Cañamero. Dirección y dramaturgia: Pedro Luis López Bellot. Elenco: Chema Pizarro, Francis J. Quirós y Nuqui Fernández. Diseño de iluminación: Pedro Luis López Bellot y Jorge Rubio. Diseño de espacio escénico: Pedro Luis López Bellot. Diseño de espacio sonoro: Álvaro Rodríguez Barroso. Diseño de vestuario: Juanjo Gragera. Fotografía: Jorge Armestar. Cartelería: Marta Barroso. Producción técnica: Marta Moreno Santo-Rosa. Producción ejecutiva: PROYECTO CULTURA y Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de la Junta de Extremadura.

Sábado 3 de febrero de 2024. Corral de García en Santa Eulalia de Gállego

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09 marzo 2024

La Regenta

 





Una Regenta endeble y superficial

'La Regenta' de Alas Clarín es un retrato minucioso de la sociedad del siglo XIX sometida al óxido de la iglesia y la aristocracia, a la que responsabiliza del drama de unos personajes poliédricos que luchan contra sus instintos para vencer las imposiciones orquestadas por el chafardeo de Casino, Palacio y Catedral.

Aunque Eduardo Galán constata en el programa de mano la dificultad de abarcar la complejidad de la novela, y afirma que su adaptación tan solo es un intento por mostrar la doble moral de algunos de sus personajes, lo cierto es que durante demasiados momentos de la función se agarra al recurso facilón del narrador con lentes oscuras. Exposiciones discursivas a ritmo de machamartillo para informar al patio de butacas sobre acontecimientos pasados y particularidades que esbozan el carácter de los protagonistas en detrimento del quehacer dramático.

Mientras la dirección se limita a gestionar el tráfico de la peripecia con una faena de aliño, los actores tiran de oficio enfrentándose a unos personajes huérfanos de la solidez necesaria para que sus acciones tengan el peso de la emoción, especialmente en el trío de amor y adulterio. El apetito conquistador de un don Juan petulante ni se escucha ni se ve. El sacerdote atormentado en la intimidad y brillante orador de alzacuello, se reduce a un tipo de buena planta perdido entre la faltriquera de su madre y la tentación mundana. Ana Ozores atormentada por el suplicio de sobrevivir con un pecado infantil, una vida azarosa y el asedio de la envidia que no se soluciona ni en las sábanas voluptuosas ni en la mística de la contemplación. Una mujer compleja entre tristezas, alegrías, una pizca de rebeldía y un mucho de resignación se ventila con un estereotipo superficial de folletín tan endeble como esta obra de teatro.

'La Regenta'

Calificación: 2 estrellas

Producción: Secuencia 3. Autor: Leopoldo Alas Clarín. Adaptador: Eduardo Galán. Dirección: Helena Pimienta. Reparto: Ana Ruiz, Joaquín Notazrio, Alex Gadea, Jacobo Dicenta, Pepa Pedroche, Francesc Galcerán, Alejandro Arestegui y Lucía Serrano.

Jueves 7 de marzo de 2024. Teatro Principal.

Una Regenta endeble y superficial (heraldo.es)



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26 febrero 2024

Final de la primera edición de MicroCierzo


 

El microteatro se hizo fuerte en la ciudad de Zaragoza en la primera década que inauguraba el siglo. No citaré nombres para no dejarme ninguno pero es imprescindible acudir a la figura de Santiago Meléndez como uno de los principales impulsores de aquel movimiento que, entre la curiosidad artística por buscar nuevos formatos y sobreponerse al 21% de IVA que el Gobierno de entonces asignó a los productos culturales, pretendía encontrar a un público que flaqueaba en el patio de butacas.

La explosión creativa fue un regalo para los aficionados que disfrutamos de la mezcla entre intérpretes con experiencia y las nuevas hornadas. Espacios clásicos como el Teatro de la Estación o el Teatro del Mercado abrieron sus puertas a una experiencia que nació en otros ámbitos más alternativos como las escaleras de El Extintor, un estrado en La Vía Láctea, las venas del Teatro Bicho, cualquier recoveco en El albergue municipal, la penumbra aterradora de La fábrica de chocolate y todo el espíritu porteño que nos trajo Gromeló. El microteatro siguió activo  a lo largo de estos años extendiéndose por  algunas cajas de la ciudad, habitaciones de hotel y domicilios particulares.

Zaragodzilla Teatro y Teatro Bicho han organizado la primera edición de Micro Cierzo. La intención del certamen, más allá de premios y calificaciones, es generar ese tejido teatral tan necesario para que profesionales y público se encuentren alrededor de una fórmula ideal para probar textos, que los actores tomen el pulso a las tablas para afianzar interpretaciones. Unos eventos que tienen la posibilidad de tomar el pulso a los problemas de la ciudad y convertirse en un altavoz social alternativo mediante piezas con una duración máxima de 15 minutos. El domingo 25 de febrero se celebró la final con cuatro propuestas frescas e interesantes.

El Salto comenzó la sesión con una propuesta valiente porque da visibilidad a las nuevas realidades mediante una apuesta firme por la tragedia que asola la relación entre dos mujeres que han utilizado el método ROPA para compartir maternidad. Se trata de una fecundación in vitro con embriones de una de ellas (madre genética) que posteriormente se transfieren al útero de la otra mujer de la pareja (madre gestante) La complejidad de esta toma de decisiones se ve definitivamente agravada por un accidente que pondrá en crisis la relación de la pareja. La pieza parte con un desequilibrio de energías entre los personajes donde las palabras y el silencio compiten en la presentación de los personajes. El inicio es un poco dubitativo, los movimientos son ligeros, les falta peso y transmiten inseguridad. Pero es solo un lapsus. Todo cambia cuando el rol entre silencio y palabras cambia de bando. Es la magia incomprensible del teatro. De repente el peso actoral está ahí y es capaz de cortar el ambiente. Ana Cózar tira las frases con energía mientras las lágrimas rojas de Rosa Herrero rasgan, emocionan y  aún falta lo mejor. El fundido a negro final deja el grito de una pregunta flotando en el aire y ese delicioso segundo que el público tarda en reaccionar porque las palabras  nos han golpeado en el estómago y nos quedamos a la espera de una respuesta que no llega. Un final magnífico.

‘La Zarza triste’ fue la propuesta más arriesgada. La Zarza vive en la frontera entre la lírica de requiebros poéticos, metáforas de luna plateada y un abanico que quiere ser tan cañí como sus gafas. Pero a la Zarza le pasa como al maquillaje de su cara, que no sabe muy bien qué dirección tomar. El travesti que hace playblack, el bufón trasnochado de un after, o la reinona de taconazo y nylon negro. Carlos Fontana juega entre una interesante dicción que va del quejío de sufrir al pellizco de reir, y un teatro físico que pide un poco más de elaboración. Cuando la Zarza hace mutis por el foro, a uno le queda la esperanza de que va a volver para contarnos sus días de poderío, copla y carmín.

‘Tía!’ es un sketch estupendo que juega a hablar de un amor que no vemos y sin embargo lo tenemos delante de las narices. Dos personajes que forman un tándem que mantiene el ritmo de la comedia gracias a la eficacia con la que Danae de Vries y Gemma Pina construyen el rol de cada uno de sus personajes, y esos pequeños detalles que cambian la gestualidad, las miradas y la dicción para hacerlos tan adorables que te quedas con ganas de más.

‘A pedir de boca’ de Salvache Cultural es un ejercicio de naturalidad y frescura. Un texto muy bien escrito y trabajado que Nashaat Conde y Jorge Huertas se meriendan con solvencia, seguridad y ese gustillo que da la experiencia para morcillear enlazando con la escena del grupo anterior. Lorena Soler irrumpe en ese ambiente jovial que ya se ha establecido como contrapunto gestual que va del mohín a la sorpresa para huir de tanta palabrería y potenciar aún más la nota de humor. La fórmula funciona de maravilla y pide que ese tono de comedia de salón pase del tamaño de microteatro a un formato más extenso.

El público llenó el patio de butacas para certificar que el formato interesa. Ahora tendremos que esperar hsata próximas ediciones con la esperanza de que se afiancen temáticas que sigan la estela del ‘Método Roca’ y ‘La Zarza triste’, o que además del humor siempre necesario de salón aparezcan otras tonalidades para recoger las realidades que muestren el devenir de la sociedad y los problemas y pulsiones propias de la ciudad. Todo sea por el placer orgánico de aplaudir en el ágora del teatro como reunión ciudadana.

Domingo 25 de febrero de 2024. Teatro Bicho




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