La curvatura de la córnea

07 mayo 2007

Pastoral














Pastoral
Premio de Narrativa Universidad de Zaragoza 2006
de Ángel Gracia
Editado por PRAMES



¡Oh viejo padre! Estás como eras antes,
cuando te placía la sociedad de los mortales;
más calmo ahora, sólo eso,
y más sereno, como los bienaventurados.
(Retrato de abuelo. Hölderlin)



El poeta Alejandro Pastor me presentó a Ángel Gracia en la planta -1 de la FNAC de Zaragoza. Fue después de una orgía de letras y taninos. De aquel primer encuentro recuerdo lo chispeante de su mirada de gafotas, un darme la mano con flojera y la medio sonrisa del que sabe mucho más de lo que muestra.
La segunda vez que hablé con él también fue en una planta -1, esta vez en la Biblioteca de Aragón. Ángel Gracia había intervenido en la primera parte de uno de los recitales que Manuel Vilas organizó bajo el sugerente título de “Los chicos están bien. I Semana de la Poesía Última”. Lo encontré en la puerta dónde se celebraba el evento, me dio la impresión de que buscaba un rincón para cometer algún acto delictivo relacionado con los cigarrillos, el caso es que le felicité por lo desengrasante de su lectura que aderezó con comentarios amenos y hasta jocosos, esa fue, además de sus textos, una gran virtud porque, en los recitales de poesía se tiende a la santificación, a la magnificencia y por vasos comunicantes… al aburrimiento. Es una cuestión de formato, pero esa es otra historia.
El 24 de abril se llenó el Paseo de la Independencia de libros, de autores y de lectores. La jornada matutina estuvo tan repleta que regresé por la tarde para husmear en los tenderetes, me detuve en el puesto de la Editorial Prames en busca de un título por el que ando interesado pero el azar, o vaya usted a saber el motivo, puso en mi camino la primera novela de Ángel Gracia. Ya he confesado en otras ocasiones que no dispongo de criterio a la hora de elegir el libro a leer, son ellos los que deciden, y “Pastoral” lo hizo con urgencia. Sin más zarandajas me cogió de las solapas de la chaqueta y me arrastró hasta uno de los bares más feos de Zaragoza.
Leí las primeras páginas acodado en la barra, con la cerveza sin tocar, la boca abierta y la sensación física, biológica de que aquellas líneas me estaban arrastrando hacia el tipo de viaje de experiencia vital, de ejercicio de escritura con el que tantas veces he soñado en mis noches de insomnio.
La empatía inicial y fulminante con la novela vino porque la muerte de Sebastián, el abuelo del autor, me recordó a la reciente muerte de mi padre. Sin embargo, la diferencia entre la ausencia del nieto en las últimas horas del abuelo y la presencia del hijo en las últimas horas del padre, se igualó por la tara que siempre acompañará mi vida: No conocí a ninguno de mis cuatro abuelos y tal vez por eso nunca pueda descubrir quien soy de verdad. Esa es la ecuación que Ángel Gracia trata de resolver en este libro.
“Pastoral” es un viaje a la infancia que comienza en la universidad de Jena (Alemania) a la sombra del poeta Hölderlin y termina en Fuendetodos a la vera del gran Francisco de Goya. Entre esos dos paisajes hay muchos otros, algunos polvorientos y reales como bares, amigos y comilonas; otros míticos y evocadores como valles, caminos y parideras.
El viaje, para alejarse del turismo rural, cultural o sexual, tiene que tener un barniz experimental, aventurero y novedoso. En este caso, la intención del autor es la de conocer el pasado para comprender el presente y mirar con nuevos ojos al futuro. En ese devenir por la orografía de la infancia y el recuerdo nos topamos con constantes referencias filosóficas que lejos de enfriar o alejarte de la narración, se pegan a la realidad como si se tratase de los más sabios refranes y consiguen el magnífico efecto de hacer pensar al lector, de posicionarse, de mojarse en un nuevo ejercicio del pensamiento que podríamos bautizar como reflexiones a pedales.
Porque es la bicicleta, junto con el ferrocarril, el medio de transporte de esta historia en busca de la memoria. Las dos ruedas y un tren regional dejan un poso simbolista de la amistad, de otra forma de moverse por el mundo tan alejada de radares, peajes y velocidades de AVE. La reivindicación de un ritmo pausado en la pedalada, nada de competición ni de deporte y la mirada a través de la ventanilla de un vagón son ingredientes fundamentales para el ejercicio físico e intelectual que experimenta Ángel Gracia durante la búsqueda de sus orígenes familiares, el oráculo al que preguntar por los motivos finales de la existencia.
En ese caldo de cultivo aparecen un desfile riquísimo de personajes que van desde abuelos, padres y familiares hasta amigos, paisanos y la pareja de la Guardia Civil; todos pegados a una geografía que acaba por determinar sus vidas.
Una circunstancia personal convierte a este libro en una autentica joya: La cantidad de coincidencias que tengo con el autor cuando habla de la proclamación de la escritura como un medio enorme ante mi insignificancia (“nuestros intentos de metáfora, decorados con más ilusión que talento”), o la emoción detenida en ínfimos instantes de la niñez (“Siento un escalofrío cuando recuerdo las primeras gafas que mis padres me compraron”), o la muerte como referente, como lanzadera durante un instante que acaba por diluirse (“¿Cuántas promesas sin cumplir, cada vez que alguien muere?), o el retorno al pasado en busca del alimento creativo que siempre acaba en la frustración de una foto sepia cuando lo imaginado era a todo color (“Hay algo en la luz, en la orografía, en el color de un cielo de domingo, que jamás podrá recuperarse sólo con el pensamiento y, menos aún con la palabra.), o la pérdida de la pasión (“Nuestros juegos y verbenas no desafían a la muerte con fuego y sangre, sino que simplemente se entretienen con esos elementos, desacralizándolos”)
El libro termina con un homenaje a la generación que nació durante el primer cuarto del siglo XX. Unos hombres y mujeres que pasaron de trabajar como en la Edad Media hasta vivir en el futuro tecnológico jamás soñado. En ese canto a nuestros antepasados se encuentra implícita la reflexión que debemos hacer sus descendientes. Un momento de mirar de dónde venimos para no perder el norte de hacia donde queremos ir. Una tarea que deberíamos aplicar a todos los aspectos de nuestra vida, desde lo lúdico convertido en cultureta de postín, hasta las inversiones bursátiles en el papel del somnífero que nos hace olvidar que para que nosotros seamos burgueses de medio pelo, clase media y medianías, ellos, nuestros padres y abuelos se ganaron la vida en el pastoreo, roturando los campos, arañando las entrañas de la tierra para extraer carbón y emigrando a las ciudades para surtir de mano de obra la gran empresa de la modernización industrial de este país, un viaje para mejorar en lo social y en lo económico. Ellos fueron proletarios del trabajo, del esfuerzo, de una lucha que hizo llegar el maná del desarrollo, ese maná del que nosotros, sus hijos y nietos, hemos sido los más beneficiados y por el que les debemos respeto, agradecimiento y un viaje a la memoria de todos ellos para que sus esfuerzos no hayan sido en vano. Ángel Gracia ha caminado por esa senda y ha vuelto para escribir esta magnífica novela.

SEBASTIÁN
I
Hablando
de la vida para sentirla
todavía. Nombrando
las cosas para que no
se pierdan
en el amanecer.

Escucho al hombre
que vela el tiempo,
que repite palabras
para no estar solo.

Él cuenta los muertos
y yo cuento los seres
que nunca conoceré.
(Valhondo. Ángel Gracia)

19 Comments:

At 08 mayo, 2007 14:49, Anonymous Anónimo said...

Vaya, que hermoso que te eligiera ese libro: claro, es perfecto para ti.
Me gusta lo que cuentas de él pero me gusta aún más ver tu emoción al comprarlo, al comenzar a leerlo...todo lo que explicas que mueve en tí.
Cuando un libro te hace eso es que...¡es perfecto!.
P.D. Curiosamente hoy yo he ido a recoger 2 libros. Esta vez soy yo quien ha elegido y creo que esta emoción de verlos al fin en mis manos tampoco tiene igual.
Besos.

 
At 08 mayo, 2007 16:01, Anonymous Anónimo said...

Ayer me fui a comprar libros porque había conseguido ahorrar lo que yo creía suficiente para esta empresa. Me quedé corta, como siempre, y uno de los libros que tuve que dejar para otra ocasión fue "Pastoral", aunque sí me llevé el de "Libro de los ibones", también suyo.

Respecto al autor, lo vi primero en la semana de poesía última y después, un miércoles, en el recital de magdalena lasala, también en la planta -1 de la fnac.

1beso-

 
At 08 mayo, 2007 16:16, Blogger Gubia said...

Desde luego no hay duda de que el autor es hombre de "primeras plantas" y chistes a un lado me parece que a juzgar por lo que produce en tí su lectura y por lo que nos cuentas merece mucho la pena. Un abrazo.

 
At 08 mayo, 2007 23:30, Blogger Javier López Clemente said...

Hola LaMima

Es cierto, hay libros en los que la lecutura hace saltar chispas. Evidentemente este ha sido el caso.

Tal vez me expliqué mal, ¡los libros los compro yo! jajajajaja sin embargo la tarea de ser leidos es cosa de ellos, al menos eso creo. Me pasó lo mismo con "Resurección" de Manuel Vilas:

http://lacurvaturadelacornea.blogspot.com/2006/01/resurreccin.html

Salu2 Córneos

 
At 08 mayo, 2007 23:32, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Ana.

"Libro de los ibones" estuvo en mis manos pero me decidí por "Valhondo" una de esas casualidades porque de ahí he sacado los versos finales de la reseña.

Salu2 Córneos y debería poner -1 beso, por eso de las plantas pero no, el mio es un beso :-)

 
At 08 mayo, 2007 23:33, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Gubia.
El libro a mi me ha gustado mucho, ese es motivo suficiente para escribir una reseña, ahora, recomendarlo, recomendarlo... ¡¡claro que lo recomiendo!!!
;-)

Salu2 Córneos y un abrazo.

 
At 09 mayo, 2007 13:55, Anonymous Anónimo said...

jaja, un -1beso está muy bien, aunque eso es menos q dar cero besos y no sé cómo!

ahora veré el link de tu post sobre "resurreción", q para mí ese libro se ha convertido en una biblia.

prometo crear mi propio decálogo, pero tú tienes q animarte tb, eh!

más me valdría a mí tb colocar una prueba anti-spam, q hoy los del banco santander o no sé q se han viciado conmigo "cosa mala".

muak!

 
At 09 mayo, 2007 14:11, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Ana.

Tal vez -1beso sea una manera diferente de besar.

Creo que leí Resurrección sin estar convenientemente preparado, me gustó mucho pero siento, pasado un año, que debería volver a él. Lo digo porque, esto es una estúpidez, soy un neo lector de poesía y a veces me siento desorientdo.

La mejor medida anti-spam es enamorarse de él.

Ves, muak debe ser la nueva forma de beso ;-)

Salu2 Córneos y muakantes.

 
At 09 mayo, 2007 14:33, Blogger Fernando said...

Llegar a la poesía sin conocimiento...tampoco es malo..como descubrir en las letras el rumor de las emociones ...mini relatos de pasiones, alegrías y un amasajo de soledades y silencios...todo cubierto con el largo dolor que deja el tiempo...y llegas nuevo y descubres los mundos interiores de tanto poeta semi oculto ...no esta mal eh, Javier?

 
At 09 mayo, 2007 15:44, Anonymous Anónimo said...

bueno... si te digo q llevo casi veinte años escribiendo prosa y sólo tres meses haciendo lo propio con la poesía... imagina lo que sabré yo o habré leído: nada, nada, nada.
Pero "Resurrección" fue el primer libro de poesía siendo consciente ya de que quería sumergirme en el mundo del verso. Y, desde entonces, ya te digo: mi Biblia. Un microrrelato o poema, una oración y a dormir. jaja, q no, q no, q es broma.
Por cierto, no crees q los límites entre prosa y poesía son muy difusos?

-1besomuack

 
At 09 mayo, 2007 17:53, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Fernando.

En el pasado mi madre y en el presente mi señora me dicen que llevo demasiados años "sin conocimiento" :-)))

No, no esta mal, esta de (iba a escribir de puta madre pero como no estoy seguro de si es lo correcto) maravilla. Gracias.

Salu2 Córneos.

 
At 09 mayo, 2007 17:58, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Ana.

Una pregunta demasiado peliaguda para mi, asi que escurriré el bulto citando a Manuel Rico en una crítica a "Resurrección" publicada en El País, y que dice:

"Con Resurreccion se dan la mano el poema en prosa y el verso largo de tono coloquial" Pues eso.

¡y venga! tras leer "Pastoral" espero tu comentario.

Salu2 Córneos y muakantes a tutiplén.

 
At 09 mayo, 2007 19:13, Anonymous Anónimo said...

Leí el libro de Ángel Gracia días antes de que escribieras tu crónica. (No dejo de sorprenderme como llegamos a veces a los mismos libros por distintos caminos…)
El libro ha dejado en mí una huella profunda y perdurable que días después aun trato de analizar. Quería haber escrito una reseña del libro pero después de leer la tuya solo me queda quitarme el sombrero ante el perfecto análisis que has hecho y guardar la mía para otra ocasión en que no estés tan acertado(que será difícil...). Quiero agradecerte de corazón el excelente post que has hecho sobre: “Pastoral”.

También quiero dar las gracias públicamente a Ángel Gracia por su genial libro y tambien por escucharme y por comentar su obra conmigo, junto a unas cervezas, de una manera tan relajada y emocionante, que nunca podre olvidar.

 
At 09 mayo, 2007 21:41, Anonymous Anónimo said...

· Presentaciones:
Ángel Gracia 'Pastoral'
El 15/05/2007 Horario: 20:00h.

en fnac ;)

 
At 09 mayo, 2007 23:23, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Alejandro.

Tal vez nuestros caminos no sean tan distintos.

En muchos de los pasajes del libro me acordé de ti, primero por la suerte que tuve el día que me presentaste a Ángel y segundo porque la temática, los paisajes y la motivación de la novela estaba en la onda de eso que alguna vez llamamos "escribir con las tripas".

Lo que ya es el colmo de la osadía es venir hasta esta casa, aunque tambien sea la tuya, a presumir de unas cervezas en compañia del autor, eso es un golpe bajo que sólo se puede resarcir de una forma: Tu eliges armas.

Salu2 Córneos, poeta.

 
At 09 mayo, 2007 23:27, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Ana.

Lo voy a decir ya antes de que me ponga colorao: Eres una preciosidad.

Si señora, el martes 15 de mayo Ángel Gracia presenta su novela en la Fnac de la mano de ese peazo de periodista y escritor que se llama Miguel Mena.

Ya lo sabía, incluso había pensado colocar una aviso en la bitácora una semana antes pero, si señor, has llegado con eficacia y puntualidad para dar la noticias, así que muchas gracias y ya sabes... creo que lo voy a mantener todo el tiempo del mundo:

Salu2 Córneos y muakantes ;-))))

 
At 13 mayo, 2007 11:27, Blogger Conciencia Personal said...

“nuestros intentos de metáfora, decorados con más ilusión que talento” cuanta verdad encierran esas palabras, Javi.

Un final de tu reseña que transparenta la cultura del esfuerzo. porque sé que eres un buen lector la recomendación se antoja, ojalá y nos del otro lado.

un abrazote.

 
At 13 mayo, 2007 15:53, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Monique.

La frase entrecomillada fue elegida entre otras muchas del libro porque me golpeó con tanta fuerza que no me dejo elección. Al menos si somos conscientes de la falta de talento creo que tenemos mucho ganado, por lo menos en lo que a mi se refiere, el resto puede ser voluntad y afición.

Supongo que nadie va a llevar la novela hasta Méjico pero... quien sabe.

Salu2 Córneos y un abrazote pastoral ;-)

 
At 25 enero, 2011 17:09, Anonymous generic viagra said...

Si ha sido galardonado con el premio narrativa de la Universidad de Zaragoza, habra que leer ese libro. Hacen falta sitios con este sentido literario, para que la gente pueda apreciar y escoger bien sus lecturas. Me parece que haces un gran trabajo social con el simple hecho de ser informativo.

 

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