La curvatura de la córnea

13 septiembre 2007

El arma secreta (Segunda Parte)

Aquí puedes leer la primera parte


La semana que trabajo en el turno de tarde suelo comer a las doce y media. Esta mañana como el menú era sencillo de preparar me colgué el mandil a la hora del ángelus. Antes de empezar a cocinar me gusta tener todos los ingredientes a mano, así que cogí cuatro cogollos de Tudela, una cebolla chalota, un yogur natural y un aguacate.
Pelé los aguacates, corté la pulpa verde en dados, añadí medio yogur y trituré la mezcla hasta obtener una salsa muy fina a la que incorporé la cebolla muy picadita.
Después corté los cogollos en cuartos, los calenté ligeramente a la plancha con una gotitas de aceite y a la hora de cubrirlos con la salsa elaborada previamente recordé el arma secreta.
Siempre pensé que el Tabasco era de origen mejicano, pero fue en Avery Island, Louisiana el lugar dónde Edmund McIlheny creó en 1868 esta salsa elaborada con chiles rojos madurados en la planta y macerados en barricas de roble con sal y vinagre durante tres largos años. Era la primera vez que usaba Tabasco en la cocina, lo hice pensando que unas gotitas tal vez alegrarían tanta queja sobre musas impasibles de tahona y realismo mágico de tendedero.
El frasco era chiquito y con la silueta inconfundible que he visto en cientos de bares de tapas, bocaterías y otras exquisiteces. Desprendí el capuchón, desenrosqué el tapón y vertí una gota sobre la salsa de aguacates. Era una lágrima diminuta de un rojo muy intenso y transparente que se deslizo hasta formar un charquito en forma de media luna. Entonces me pareció poco peligrosa y yo necesitaba de un huracán para animar la mañana, así que sin orden ni concierto agité varias veces la botellita hasta que el verde del aguacate se tiñó de granate. Mezclé con energía hasta que desaparecieron todos los tonos escarlatas, agregué la salsa sobre los cogollos y me los comí los cuatro cuartos en bocados rápidos y seguidos, zas, zas, zas y zas. Aterrizaron en el estómago con el estruendo de un volcán. Noté como la cara enrojecía, las orejas empezaron a girar y la napia se transformó en un pimiento morrón. Bebí un litro de agua del tirón, el líquido elemento se derramó a borbotones en la garganta el cuello de la camisa y llegó hasta los pantalones, los ojos se inflamaron y flanquearon la salida a las lágrimas más picantes de mi vida.
Han pasado doce horas desde el sucedido y aún noto como el Tabasco circula por mi aparato digestivo machacando el duodeno, el píloro y la bilis del hígado. Pero estas connotaciones físicas, y otras más graves que no me atrevo a contar, no fue lo peor, lo peor llegó cuando leí uno de los laterales de la caja de cartón que contenía la botellita de salsa y se me quedo cara de tonto: “Recuerda que la intensidad de picante dependerá siempre de la cantidad que te eches. Por eso, la botella Tabasco se caracteriza por su exclusivo dosificador diseñado para que, gota a gota, disfrute de todo el sabor”
Efectivamente, pensé, de eso se trataba, de disfrutar y yo lo he hecho en abundancia. Pero tanto picante ha tenido un efecto secundario que no esperaba, un cambio sustancial en mi vida del que no tengo ni la menor idea de cómo salir. Por eso apelo al sentido común de todos los que me dignáis con vuestra visita y pido vuestra ayuda. Conecta los altavoces, pulsa play y dime que puedo hacer. Gracias.


23 Comments:

At 13 septiembre, 2007 10:23, Blogger Gubia said...

Pero que cosas te pasan eh? yo con el tabasco no hago buenas migas, pero a Valen le encanta y lo usa algunas veces. Yo me limito a mirar con cara de asco y a decir: "cuidado que eso pica mucho" jajaja, pero a ti ya no te vale la advertencia.
En fin que espero que se te pase pronto aunque no sé que remedio darte. Un abrazo picantón

 
At 13 septiembre, 2007 10:38, Blogger closada said...

Javier, te doy dos sabios consejos sobre el tabasco: Lo esencial para el picor del tabasco es no tomarse unas chelas, porque entonces pica más y el acento se multiplica. También, has de dejar de poner rolas de los Tigres del Norte, eso no ayuda nada de nada.

Ah, chamaquito, ese acento, de todas maneras, es bien chingón. Seguro que con él quedan engatusadas unas lindas güeras...

¡Uy! ¿Qué me pasa? Epidemia, epidemia...

 
At 13 septiembre, 2007 14:04, Blogger maite said...

qué mala costumbre española de no leer las instrucciones!!!
mejórate, un beso

 
At 13 septiembre, 2007 16:37, Blogger Isabel Burriel said...

jajajaaja
¿Lo ves? Y bien inspirado que te quedaste.
Y ¿Lo has eliminado ya? porque esa es otra. verás, verás.

jaaaja

Y no, lo siento, no hay remedio.

 
At 13 septiembre, 2007 19:50, Blogger Chalá perdía said...

Una horrible lección sobre lo que es el gota a gota jeje.

 
At 13 septiembre, 2007 21:47, Blogger Paula said...

A ver, Javier, que es muy fácil...

en lugar de decir...ándale...tienes que decir

cómo picaba esto, ko.

Y todo remediao. Que para eso los de aragón tenemos fama de bruticos.

En fin, espero que estés mejor

un abrazo sin picante

 
At 14 septiembre, 2007 08:39, Anonymous Anónimo said...

Pues en mi casa jamás falta el tabasco, que quieres que te diga.
Yo no he leído nunca las instrucciones, también lo reconozco, pero no te des mal: los pimientos de padrón no vienen con manual y yo tuve un efecto similar a lo que cuentas con un minúsculo pimientillo de esos en una ración de pulpitos. Un horror, no podía respirar, no había pan ni cervecita que aliviase aquello. ¡Aishh!
De todas formas reconoce que al final, ese tabasco, ha cumplido tus expectativas y te ha dado la chispa necesaria para construir un relato.
PD Espero que ya estén superados los daños colaterales.
Besos.

 
At 14 septiembre, 2007 11:53, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Gubia.

A mi me hubiera venido de perlas que alguien me avisara snif. El susto se va, se va pasando.

Saludos córneos y esta vez, ya lo siento, no tomaré ese abrazo picantón jjajajajajaja

 
At 14 septiembre, 2007 11:55, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Closada.

Efectivamente, el efecto del agua es el mismo que el de las chelas: Aumenta el picor además del acento jajajajaja
No lo había pensado pero tal vez la música de Los Tigres y la lectura de la Reina del Sur también haya ayudado a adquirir ese acento mezcla de chicano, cuencas mineras y zaragozano.

Espeo que las morras no sean güeras, a mi me gustan morenitas, oíste guey.

Salu2 Córneos.

 
At 14 septiembre, 2007 11:57, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Maite.

Tienes razón, casi nunca leemos las intrucciones. Yo siempre lo hago con los electrodomésticos pero, claro, a la tercera página en japonés me canso. Pero en este caso no tengo perdón de dios, lo decía bien clarito y en castellano de cervantes.

Salu2 Córneos

 
At 14 septiembre, 2007 11:58, Blogger Javier López Clemente said...

Hola La Interrogación.

¡Qué dura resulta a veces la batalla por la inspiración!

:-)

Salu2 Córneos.

 
At 14 septiembre, 2007 12:00, Blogger Javier López Clemente said...

Hola María Manuela.

Ahora cada vez que vea riegos "gota a gota" no se que voy a pensar jajaja

Salu2 Córneos.

PD: Ahora recuerdo que también es una canción del Bosé

 
At 14 septiembre, 2007 12:03, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Paula.

He intentado tu remedio y la cosa va funcionando, ya veras. La primera vez me ha salido: Picaba de madre, co. Así que creo que voy mejorando.

Salu2 Córneos y gracias por el abrazo sin picante, hoy se agradece pero otro día... otro día con picante jajajajaja

 
At 14 septiembre, 2007 12:05, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Lamima.

¡Es cierto! Recuerdo un pimiento de padrón sobre ración de pulpitos en la calle Don Jaime, en un garito que ya no existe y del que no recuerdo el nombre,fiuuuu, como picaba.
Y tienes razón, al final el tabasco construyó un relato ¡pero a que precio! ¿Ese es el precio de la inspiración?.

Salu2 Córneos y besos. Y no me resisto, tu ya sabes: ¡A por ellos que son pocos y cobardes!

 
At 14 septiembre, 2007 13:10, Blogger Ana said...

Javi...en dos palabras: usa bicarbonato. ;-)

 
At 14 septiembre, 2007 21:37, Blogger las pajareras de transilvania said...

Anda que qué cosas más raras te pasan JavierLópezClemente! yo por este tipo de cosas es por las que soy muy reacia a probar salsas o comer en restaurantes extranjeros, porque ya lo dice mi padre "aún no he probado todoas las exquisiteces de la dieta mediterrane, como para meterme con las extranjeras!"
Bueno, un besazo y cuidado con las salsas con tapón dosificador! a ver si te vas a pasar con la agridulce y se te encogen los ojos a modo chino mandarín!



Merope

 
At 15 septiembre, 2007 02:34, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Merope.

Una alegría que vengas hasta mi casa bloguera. Que me ocurran este tipo de acontecimientos no debería ser obstáculo para probar otros sabores distintos al mediteráneo. De hecho, este medio día he cocinado un arroz con garbanzos y verduras al que le he añadido un poquito, esta vez si, de Curry, el resultado ha sido excelente.
Pero si en cada entrada de salsa picante me dejas un besazo soy capaz de repetir Tabasco hasta que sobre el escenario me salgan gritos de galos, ya tu sabes :-) que ahí es dónde me gustaría volver a verte: Sobre las tablas.

Salu2 Córneos Merope, ha sido una alegría verte por aqui.

 
At 15 septiembre, 2007 02:36, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Ana.

Gracias por el consejo pero tengo una duda :-)

Las dos palabras son: bicar y bonato; o son: bicabo y bonato
ajajajajaj

Salu2 Córneos y gracias ;-)

 
At 16 septiembre, 2007 21:46, Blogger Ana said...

Repetimos....1) usa 2) bicarbonato

;-)

 
At 16 septiembre, 2007 23:55, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Ana.

Ahhhhh así mucho mejor ;-)

Salu2 Córneos.

 
At 19 septiembre, 2007 07:49, Blogger Conciencia Personal said...

Un lavado intestinal te vendría bien. También creí que la salsa era originaria de mi país...

Un beso....

 
At 20 septiembre, 2007 19:04, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Monique.

Pues si, ya lo ves, tuve que sufrir un poco para pertrechar esta historia.

Salu2 Córneos y un beso.

 
At 22 septiembre, 2007 17:31, Anonymous Anónimo said...

Verás, cuando sientes la boca arder debido a algún picante, no hay que tomar agua, sino vino tinto, que si alivia el picor. repito, alivia que no lo quita.

Por favor, compra salsa wasabi japonesa y prueba a hacer lo mismo, ya nos dirás si se acaba hablando japonés instantaneamente.

Por cierto hablas igualito igualito que los amiguitos de Scooby Doo.

Psicocandy

 

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