La curvatura de la córnea

22 marzo 2008

Secuestran a La Orquesta Sargantana


La Orquesta Sargantana presentó en el Centro Cívico Laín Entralgo de Zaragoza su nuevo repertorio para la inminente temporada de Fiestas Patronales. Pasaba un cuarto de hora de las siete de la tarde cuando tres individuos irrumpieron entre voces y algaradas en el recinto cerrado que iba a acoger la verbena, lo hicieron pertrechados con nariz de payaso, armados con pistolas de agua y camuflados con panties en el cogote.
Los tres secuestradores silenciaron a duras penas al público y a los músicos de la orquesta — mucho más propensos a la fiesta y al jolgorio que al acongojamiento propio de estas situaciones, — y se pusieron en contacto por vía telefónica con la Autoridad Municipal Competente en asuntos de coacción, retención y secuestro. El funcionario, del que omitimos su nombre por motivos de seguridad, ofreció a los delincuentes un helicóptero para abandonar el recinto, impedir la intervención de los Cuerpos Especiales de Actuación Rápida y evitar que el Centro Cívico Laín Entralgo se transformase en un Teatro de Operaciones para la Policía Local.
Los secuestradores rechazaron la oferta por motivos ecológicos «Nosotros siempre regresamos a casa en el 38» afirmó el que ejercía de portavoz «El uso de un helicóptero nos parece un derroche tanto desde el punto de vista medio ambiental como económico, un dispendio innecesario para las arcas municipales. Las reivindicaciones que exigimos, como muy bien dice usted, tienen que ver con el Teatro, aunque sea de Operaciones. Tome nota. Para evitar una escabechina nos tiene que asegurar que vamos a actuar en el Teatro Principal y que van a oficializar la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza» Las carcajadas de la Autoridad Municipal Competente se escucharon en todo el pabellón. Esta actitud jocosa sembró la duda, aflojó los ánimos y rebajó las pretensiones de los secuestradores. «Esta bien. Comprendemos que nuestras cualidades artísticas todavía no están a la altura del Teatro Principal. Tome nota. Para evitar una escabechina nos tiene que asegurar que vamos a actuar en el Teatro del Mercado y que van a oficializar la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza» El despiporre al otro lado del teléfono aumentó en volumen y desmoralizó a los secuestradores que, para animarse, se dedicaron a amedrentar a los rehenes con chistes de dudoso gusto y pantomimas más propias de titiriteros que de unos secuestradores como mandan los cánones de la profesión gansteril y bandolera. El público comenzó a impacientarse porque el secuestro se alargaba en exceso y ellos sólo estaban interesados en bailar al ritmo de la Orquesta Sargantana.
El portavoz de los secuestradores se percató de que el gallinero empezaba a alborotarse y lanzó una última propuesta «Esta bien. Comprendemos que nuestras cualidades artísticas todavía no están a la altura ni del Teatro Principal, ni del Teatro del Mercado. Tome nota. Para evitar una escabechina nos tiene que asegurar que vamos a actuar en el Teatro de la Estación y que van a oficializar la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza» La Autoridad Municipal se tronchó de la risa, se tiró por los suelos y anunció la inminente presencia de los Cuerpos Especiales de Actuación Rápida que cortarían por lo sano con tanta chorrada y con tanta reivindicación teatrera.
La tensión alcanzó el máximo nivel cuando los secuestradores abrieron fuego con sus armas de agua y dispararon a los rehenes, a los músicos y a los amplificadores de la Orquesta Sargantana. Esa fue su perdición. De entre las bambalinas del escenario surgió la negra figura del teclista ataviado con pañuelo pirata, pantalones ceñidos de mariachi y una cara de mala hostia como para amedrentar a cualquier secuestrador. De sus largos dedos de pianista surgieron una extensa panoplia de mandobles y collejas que obligó a los bandoleros a huir a la carrera hasta la parada del 38. En tan deshonrosa fuga uno de ellos perdió su tarjeta de abono transporte anual, una pista fundamental para la policía que en pocas horas desarticuló un comando tan poco profesional.
Los tres detenidos confesaron en dependencias policiales que no pertenecían a ninguna banda, que sólo eran clowns de la compañía “Denominación de Origen ATK”. Esta escandalosa confesión provocó un giro de 180 grados en la orientación del caso. Los huesos de semejantes elementos terminaron en los calabozos del alta seguridad donde purgan sus culpas y esperan a la celebración de un juicio sumarísimo por vagos, maleantes y faranduleros.
El público, liberado de su condición de figurante en forma de rehén, recibió con algarabía el comienzo del baile. La Orquesta Sargantana brindó una excelente sesión con todos los ingredientes de una buena verbena. Los más despistados se preguntaran por cuales son esos ingredientes. No se preocupen porque en esta bitácora guardamos el secreto de esa receta:
En una verbena como Dios manda suena la sabrosa cadencia del cha-cha-cha, la rumba canalla, el todopoderoso pasodoble, la candente excitación del tango, la pasión de un bolero, la elegancia del vals, el desparrame de la ranchera, el vaivén de la música disco, el remix de Abba, la electricidad del rock and roll, la espiral colorista del twist, el ritmo del funky, la devoción pop de los ochenta, un repaso a la década prodigiosa de los sesenta, los grandes éxitos de Village People, las cuatro estaciones de una sevillana, los sonidos más actuales difundidos por las radio fórmulas, la majestuosidad del metal patrio e internacional y el inevitable homenaje a los cánticos y las danzas regionales. Mechado en esta panoplia de melodías lo más importante: La canción del verano, pero además del éxito de cada año, es imprescindible el repaso a toda una historia de estribillos y coreografías que nos han proporcionado tantos momentos de felicidad verbenera.