La curvatura de la córnea

31 mayo 2009

Destino y trazo (en bici por Aragón), de Ángel Gracia

La editorial Comuniter ha publicado el segundo volumen de la colección “Voces de Margot”. “Destino y trazo (en bici por Aragón)” reúne los artículos que Ángel Gracia publicó en el suplemento dominical del periódico Heraldo de Aragón entre octubre del 2007 y junio del 2008.


Ángel Gracia y su bicicleta recorren la árida tierra aragonesa en busca de la deseada tranquilidad rural, esta necesidad vital se nos muestra exenta de populismos urbanitas desorientados que pretenden conocer el campo mejor que sus moradores. El autor no va de ese palo que pinta a caballo de cuatro x cuatro, él recorre los caminos bajo el influjo de su pedaleo, un devenir tranquilo que le permite sumirse en el paisaje de páramos, cierzo y secarral. Una velocidad que humaniza todo lo que percibe y hasta el aire azul acaricia las casas, el camino es la pluma del poeta “que busca la soledad para observar el mundo con otra mirada, la de su bici, y llegar a los viejos lugares a través de caminos centenarios o de nuevas carreteras”. Una mirada poética para los ríos enlazados, la luz del aire y en medio de la lírica una implacable certeza: “El bacalao con pisto me devuelve al realismo de lo cotidiano, siempre por encima de las ideas” Porque en estas páginas encontraremos almuerzos de un par de huevos fritos, longaniza y patatas; comidas de potaje, ternasco y vino; meriendas de jamón, queso y olivas, y a cualquier hora alubias, conejo escabechado y españoletas que “constituyen un nuevo estado de la materia, en el punto exacto entre lo esponjoso y lo consistente.”
El viajero, que se sabe turista, siempre llega con la intención de camuflarse en el entorno, no quiere pervertir el equilibrio que le rodea, el terremoto es interior y literario, compañero de viaje en la oscuridad de un búnker, en el descubrimiento de un Macondo aragonés o en la referencia infantil a los libros de aventuras de Enid Blyton y “Los siete secretos”. En esa senda, que parecería erudita, Ángel Gracia vuelve a mostrarnos, como hizo en su novela “Pastoral”, que la sencillez en el estilo no esta reñida con apreciaciones cultas que nos llevan de un muladar en Binaced al Egipto que exaltaba a los buitres por, precisamente, nutrirse de cadáveres. Hay un lugar en las páginas de este libro dónde esta conjunción se destila una y otra vez: Bares con parroquianos, bares anónimos para guías al uso y un bar en medio de la provincia de Teruel dónde se habla de Bollywood, dictadores y literatura albanesa.
A lo largo del texto el viajero nos recuerda las motivaciones de su viaje, afanes muy alejados del deporte, “…no necesito llegar al límite entre esfuerzo y dolor para sentirme bien. Simplemente viajo de un pueblo a otro por mis propios medios, sobre la bici cuando es posible, junto a ella cuando no puedo más” Y el medio de transporte marca con profundidad las vivencias del autor, el desplazamiento se hace duro en los repechos, en el trazado de las carreteras secundarias y en la singular lucha al sprint entre las fauces de un can y los pedales, esos compañeros mecánicos que le ayudan en “la reconfortante tarea de pensar” Reflexiones individuales sobre la bicicleta que se proyectan al exterior, un entorno que funciona como disparadero para que la poesía lo impregné todo. “Me abandono al azar del encuentro, a la contemplación del instante”
El poeta solitario busca compañía en sus paradas: Paisanos sin nombre, mujeres y hombres en corrillo, la curiosidad infantil, abuelos, un fantasma y siempre, en cada recodo, literatos, músicos y el camino. Pero a mi me gusta pensar que el narrador soportó tantas horas de soledad sobre su bicicleta para darse el gustazo, sólo por un día, de sucumbir a la tentación del amor, avanzar junto a su pareja, respirar al mismo ritmo, compartir charla, alforjas y el suave pedalear en “el camino de los maíces amarillos”
Ángel Gracia ha confeccionado un libro de viajes que nos muestra una nueva mirada al mundo rural, una mirada que atraviesa la realidad de algunas de las zonas más desoladas de Aragón y lo hace desde tres atalayas: El esfuerzo solitario del sillín de su bicicleta, la poesía que recorre sus venas y una extraordinaria capacidad para aunar el fluir del viaje con todo el bagaje cultural que el autor muestra desde la sencillez del que disfruta transmitiendo sus conocimientos.

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12 Comments:

At 31 mayo, 2009 20:08, Blogger Octavio Gómez Milián said...

muchas gracias man
ya tenemos el libro, ángel te lo pasará o yo mismo...
abrazos
o.

 
At 01 junio, 2009 12:12, Blogger Sara Fedrika said...

Hola Javier.

Leí "Pastoral"hará unos dos años. En él existen dos partes bien diferenciadas que hacen contraste, la vida del protagonista como estudiante en Alemania y en contrapartida la búsqueda de sus raíces por diversos pueblos de la geografía zaragozana. La segunda parte me gustó, aunque la primera me dejó con ganas de más, la descripción de los personajes (esos amigos también estudiantes perfectamente descritos y con los que corta de repente para meterse de lleno en la ruta con bici)me supo a poco. Ya sé que la intención del autor era esa segunda parte, pero con la primera, podía haber fraguado una novela totalmente independiente de la que ya tendría el comienzo.
Es sólo mi impresión. Ya sabes que como no suelo poder hablar de mis lecturas con las personas que me rodean, me emociono cuando puedo hacerlo. Perdona por el rollo.

Por lo que cuentas parece que "Destino y Trazo" tiene bastante que ver con "Pastoral"

Me alegra que Angel Gracia siga en la brecha.

Un abrazo.

 
At 01 junio, 2009 14:00, Blogger Drywater said...

La vuelta a la naturaleza y el fundirse con ella parece tan tentador como abandonarse a la sencillez y la afabilidad de los que te acojen. Al menos eso se desprende de tus críticas, siempre acertadas.
Y a mí que este escritor me suena de algo...

 
At 01 junio, 2009 14:41, Blogger Dalton Bert said...

Desengáñese, Mr. Córneo: no hay mejor muestra de populismo urbanita desorientado que buscar “la soledad para observar el mundo con otra mirada, la de su bici, y llegar a los viejos lugares a través de caminos centenarios o de nuevas carreteras”. Y para rematarlo, Mr. Córneo dice que el autor quiere pasar desapercibido con el terremoto interior y literario que lleva consigo (¿ha probado con Aerored?). Bueno, todo es perdonable, ya que el autor va por la senda erudita de Enid Blyton y “Los siete secretos”. Se ve que el imprescindible volumen de “Teo va de campo” no he ha cabido en la cestita de la bici.

Por cierto, que más que un libro de viajes, lo que ha hecho este biciescritor es eso que algunos horteras llaman “dietarios”: huevos fritos, longaniza, patatas, potaje, ternasco, jamón, queso, olivas, alubias, conejo escabechado... Eso sí que es una buena dieta. Aunque lo mejor es el entrante. Todavía me estoy descojonando de que el bacalao con pisto devuelva al autor al “realismo de lo cotidiano, siempre por encima de las ideas”. Hace falta ser precisamente cortico de ideas para escribir una tontería tan vacía.

En fin, ánimo a este Indurain de las letras con la compañía de sus “compañeros mecánicos” que le ayudan a pensar. Y sobre todo a Mr. Córneo, por una crónica que hace palidecer las de Alberto Bacigalupe.

Saludos
Dalton Bert

 
At 01 junio, 2009 14:57, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Octavio

Será curioso ojear el libro y olvidarme de los folios.

Salu2 Córneos.

 
At 01 junio, 2009 14:59, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Sara.

Es cierto que "Pastoral" es la genésis de ese libro, aunque me tmeo que el formato de artículos para el periódico son determinantes en la diferencia entre ambas.

Salu2 Córneos.

 
At 01 junio, 2009 15:00, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Drywater.

Gracias por tus palabras.

Salu2 Córneos.

 
At 01 junio, 2009 15:28, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Dalton Bert y bienvenido a esta bitácora.

Supongo que podríamos encontrar muchas muestras de populismo urbanita desorientado, en ese amplio terreno no me parece que la intención del autor de este libro tenga ese cariz, a mi me parecen más evidentes las que relaciono con el cuatroxcuatro y otras lindezas.

Con respecto a la senda erudita ha tenido usted una pequeña confusión. La cinta de Blyton esta ligada en la reseña con la literatura, no con la erudición que, aunque también se trata no esta subrayada con el ejemplo de “Los siete secretos”. En este aspecto la sinceridad del autor me parece notable. Hace poco un periódico preguntaba a algunos escritores por sus lecturas favoritas, casi ninguno mencionaba los libros que se leen en la infancia, y no se a usted, pero yo guardo un recuerdo imborrable de la biblioteca de mi pueblo (cuando todavía no había urbanitas) y el estante con los libros de Enyd Blyton.

Jajajajajajaja La verdad es que así, todos juntos, esa lista de alimentos es para valientes, pero tal vez desconozca que la dieta de alguien que circula en bicicleta dista mucho de quienes nos desplazamos en automóvil y que, en fin, el que pedalea necesita más energía.
Sobre el bacalo con pisto ha quedado una cosa clara: Usted no lo ha probado, le recomiendo que lo haga y que nos cuente la experiencia, tal vez cambie de opinión.


No fui seguidor de Bacigalupe, hmm, déjeme (por no ir a Google) ¿escribía en el AS, verdad? aunque su nombre también me suena de la radio pero no, no lo sitúo. En cualquier caso espero que su mención con respecto a mi persona no tenga nada que ver con su fallecimiento y que descanse en paz.

Salu2 Córneos.

 
At 01 junio, 2009 17:00, Anonymous Anónimo said...

Muy buenas tardes. Sobre todo al propietario de este blog. Tan paciente.

Me ha sorprendido un tanto el largo comentario del Sr. Bert. Por mi parte, leí algún artículo suelto de Ángel Gracia, cuando publicó esta sere de pedaladas en "Heraldo". Y no guardo mal recuerdo, en absoluto. Claro, para aquellas circunstancias y en aquel medio. No sé qué tal resultarán en libro. En todo caso, peores cosas que la del bacalao he leído recientemente. Quizás la cuestión reside en que los dietarios suelen ser endebles, poquilla cosa. De hecho, ese parece estarse imponiendo casi como un rasgo del género. En particular, porque ahora escribe dietarios cualquier pelagatos que no tiene nada que contar. O quizás sea al revés: cuando no se tiene nada que contar, se escribe un dietario. Fíjense bien: ni siquiera un diario, sino esa otra cosa más vaga, el dietario.

Pero no sé si ése es el caso de Ángel Gracia.

Con lo que sí estoy de acuerdo, en líneas generales, es con que algo de urbanita sí que hay en eso de coger la bici y alejarse del barrio zaragozano por las senderas polvorientas que nos llevan a los pueblicos. Claro que este libro es lo que es: fruto de una serie de excursiones narradas para "Heraldo". Igual debería haberse quedado en eso, quién sabe. No todo lo publicado en un periódico es luego republicable como libro.

Bueno, pues ya vale de momento.

Saludos.

Quidam Lector

 
At 01 junio, 2009 19:45, Anonymous fernando (z) said...

una vez más
excelente elección (texto, música y vídeo).
Abrazos a pedales.

 
At 01 junio, 2009 21:28, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Quidam Lector

Me he dado cuenta, tras leer su comentario, que me estoy explicando fatal con lo del urbanita.

Tiene usted, y el señor Bert, razón: Se puede coger una bici, llegar a un pueblo y ser un urbanita de tomo y lomo. No debería centrar la posición prepotente de algunos urbanitas en el medio de transporte, esa actitud se tiene con independencia de como se llegue a los lugares, da igual que vayas en bici o en cuatroxcuatro.

Eso es lo que en realidad quería decir y que ya veo que no he expresado bien: Ángel Gracia llega a los sitios con la naturalidad que adolecen los urbanitas que explican, avasallan y colocnizan el campo, en lugar de disfrutar de él.


Salu2 Córneos

 
At 01 junio, 2009 21:30, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Fernando (z)

De sobras sabes mi admiración hacia vuetro proyecto, esta bitácora es testigo de ello, así que tus palabras son fuente de energía y de satisfacción.
Gracias.

Salu2 Córneos.

 

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