La curvatura de la córnea

11 diciembre 2009

Bernardo & Chiquito. Una historia de amor de 50 minutos


Las máscaras siempre han sido un instrumento de ocultación, se utilizan para disimular, parecer lo que no es y vendernos la moto. Son divertidas en carnaval y dramáticas sobre el escenario de la comedia del arte. Bernardo & Chiquito también se colocan la máscara para subir al escenario, pero ellos, con su nariz roja, en lugar de esconderse, se muestran tal y como son.
Oscar Sánchez presentó en el espacio paraKultural Gromeló el ensayo general con público de la obra “Una historia de amor de 50 minutos” Dos amigos llegan a la ciudad con las ilusiones dentro de una maletita. La capital es un enjambre de cruces y semáforos pintados en un plano, una aventura para alguien que, como nuestros protagonistas, vienen de un pueblo chiquitico, de esos con un solo paso de peatones, pero con un conocimiento exhaustivo sobre los ritmos maquineros que revientan pistas en discos y garitos de toda condición. Lugares estroboscópicos dónde el arte del ligue, vaya palabra antigua, pervive gracias a personajes como Bernardo & Chiquito, la típica pareja de amigotes que se apoya el uno en el otro, y viceversa, para pillar cacho con las chicas más guapas de la platea. Una estrategia que funciona. Pero claro, la vida del payaso siempre guarda sorpresas inesperadas, problemillas por sortear, inconvenientes que empujaran a uno de nuestros amigos al lado oscuro de la mala leche, la venganza y quien sabe si hasta del asesinato.
Oscar Sánchez (Denominación de Origen) ha construido “Una historia de amor de 50 minutos” bajo la atenta mirada de Encarni Corrales (Teatro Indigesto) Un trabajo dónde la dualidad de la mirada del clown va desde los saltitos de ojos amorosos hasta las cejas encrespadas del vete pa´lla que estoy muy loco.
Cincuenta minutos de amor pueden parecer pocos para los humanos, salvo que estemos hablando de sexo que entonces es plusmarca. Tres mil segundos en los que Bernardo & Chiquito se deslizan por el tobogán del flirteo para desembocar en un torbellino de experiencias al límite y con grave riesgo para la vida de los artistas. Casi una hora para disfrutar de dos payasos que mantienen un fuerte compromiso con la credibilidad de su propuesta, el espacio que les acoge y un público que se enamora de estos dos personajes unidos por el amor al clown.

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4 Comments:

At 11 diciembre, 2009 18:34, Blogger Bernardo said...

Que decir sobre lo escrito, si el responsable de dichas palabras es un maestro de la pluma digital. Sos groso.

 
At 12 diciembre, 2009 12:16, Blogger Manolo Gabás said...

Con lo serio que eres aquí y lo cachondo que eres con Agustin, eres Jekyll y Hyde.
Muchas risassssssss

 
At 12 diciembre, 2009 22:53, Blogger Javier López Clemente said...

HOla Bernardo

Ojalá que le viaje que inicias este lleno de risas, aplausos y alegrías. Adelante.

Salu2 Córneos.

 
At 12 diciembre, 2009 22:58, Blogger Javier López Clemente said...

Hola Manolo

En fin, para hablar de payasos hay que ponerse serio ;-) y eso que en esta entrada he intentado tener un poquillo de chispa, de ese que el sobra a Bernardo
jajajaj

Es que ocn Agustín, ya saben wwww.quepues.es es otra cosa, con el dire las risas están garantizadas.

Me gusta la comparación porque el último de los grandes que hizo de Jekyll y Hyde fue Raphael, mira, mira:

http://otrascurvaturas.blogspot.com/2009/12/raphael-confrontacion-jekyll-hyde.html


Salu2 Córneos.

 

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