La curvatura de la córnea

21 mayo 2011

Don Nadie+Zombra+Rabanaque en el Teatro Arbolé


Ocurrió durante las últimas elecciones del siglo pasado: Un Payaso amaneció colgado en todas las farolas de la ribera del río. ¿Cuánto se ha degradado el panorama político desde entonces, para que ese mismo Payaso abandone su lugar en el paraíso, de un paso al frente y pida el voto para Don Nadie?
La receta del concierto fue la tradicional. La voz de las convicciones tras el atril de los versos propios o ajenos, destilados o recién escritos. Rabanaque, todo palabra.
Tres guitarras a la vera de Álvaro para construir desiertos, caminos y recipientes sonoros que recogieron el latido del poeta y el lamento ancestral depositado en las cuerdas vocales de Gustavo, su baile ritual de los dedos en la boca, los dedos en la barba y, en solo dos ocasiones, los dedos en los potenciómetros del amplificador que conecta el mundo con sus entrañas. Don Nadie, todo música.
Carlos y Fernando el espíritu impera en la manipulación píxel de iconografías reales o imaginadas, históricas o cotidianas. Zombra, todo imagen.
Algunos lo llaman spoken word, otros rock recitado, a mi me parece la formulación química de tres elementos que mantienen su personalidad para mejorarla con el contacto de los elementos contiguos. He hablado muchas veces en esta bitácora de la propuesta de este combo de palabras, música e imágenes. Lo hice desde la sorpresa, el análisis y la admiración. Por eso hoy voy a intentar hacerlo desde los poros abiertos de mi piel, redes dispuestas a cazar la inspiración y el influjo de la mezcla que anoche propusieron Don Nadie+Zombra+Rabanaque+un par de botellas de vino en el Teatro Arbolé de Zaragoza.

Párate a pensar. Cada vez que me visto despiden en Marruecos a un delegado sindical.
El TicTac del tiempo trae políticos con la nariz roja, la que muestra su verdadera faz.
Dunas negras de una historia de amantes que van a morir en el sudario blanco de un beso y los aplausos de no volverse a ver.
¿La poesía te ha salvado la vida alguna vez? Llanuras de un Motel para hormigas sobre una camiseta verde con un caballo marrón que transportan las piedras del loco.
Televisores en acústico para no ser quien soy.
Vivir.
Pensamiento único bajo la máscara del progreso y perdurar tras la zanahoria del bienestar.
¿Te atreverías a medir tu estatura moral? Esa distancia que va desde el pespunte de un hijodeputa hasta las casas sin techos por donde se ha escapado Dios. ¿Escuchas el grito de tantos desheredados por ti y por mí?
Aunque todo siga igual permanecerán las emociones que estos días crecen en las losetas de tantas plazas. Palabras que esperan manos y otras manos. Tus manos.
No percibo, entre maniquíes decapitados y envasados al vacío, la transformación que me convierte en lo que mas detesto.
Bucear en el vientre de la madre mía y sentir el jadeo de un vals.
La electricidad multicolor cuenta hasta tres y enumera todas las cosas que van a cambiar en tu vida. Respira. Y una y dos y tres palabras a tus pies. Cógelas y abre las puertas de par en par.
Llegó el rocanrol, o eso parecía cuando el lado oscuro del corazón y los culos de las vacas voladoras de las mujeres aéreas salieron al escenario.
El aire del sur levantó un blues de pitos y palmas… ¿Y si no tuviéramos miedo a nuestro poder?

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