La curvatura de la córnea

09 diciembre 2011

Jamlet (con Jota)

Shakespeare es una de las figuras cumbres de la literatura universal que escribió obras como el de Hamlet, Príncipe de Dinamarca, paradigma de la duda que paraliza la acción. El clown tiene un objetivo claro: Divertir, entretener y hacer reír. La jota aragonesa es una de las manifestaciones del folclore aragonés en forma de cante y baile. Rosa Sáez - que ya tiene experiencia en estos cócteles con obras como “Romeo y Julieta o cuando es que no es que no” y “El sueño de una noche de verano” - tomó estos tres elementos (Hamlet + clown + jota) los agitó bien mezcladitos, los situó en el reino de Aragonia, puso un cachirulo en la cabeza del Rey y, tachan!! Surgió una comedia al servicio del drama titulada “Jamlet (con jota)”.

El Teatro del Mercado de Zaragoza acoge durante el fin de semana este delirante experimento de Titania Producciones que aúna, para mayor gloria del arte de la representación, todo lo bueno de cada uno los componentes que conforman la obra. A saber. Cuando termina la función conoces perfectamente el desarrollo dramático de Hamlet, las risa ha brotado en bastantes ocasiones y, en fin, no es malo para la salud una buena tanta de joticas cantadas con más o menos lustre, pero con mucha chispa. Y ahí esta el gran secreto de este Jamlet (con jota), la chispa y el buen hacer los actores que se pasean por el texto clásico entre adornos de lo cotidiano, y toda una lista de tópicos aragoneses que van desde la Virgen del Pilar, a la trenza de Almudevar, los vinos de Cariñena y muchas, muchísimas más. Siempre he tenido la duda de si, los guiños de marcado acento local, regional o provincial, son igual de bien recibidos por el público de allende los lindes de nuestra tierra.

Jamlet (con Jota) es un ejercicio delirante que permite un acercamiento al teatro clásico desde la frescura del clown y el aditamento, que se me antojó exótico, de la jota. Una curiosa adaptación que tal vez asuste a los puristas pero que, sin lugar a dudas, será una deliciosa experiencia para quienes, despojados de clichés, son capaces de encontrar la risa allá dónde el gran Shakespeare escribió aquello de: To be or not to be, that is the question. (Se lo imaginan a ritmo de jota)

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