La curvatura de la córnea

02 abril 2012

Sin rumbo


“Lloro el sol sin los mundos que ilumina” (Ángel Guinda)

Hago un esfuerzo por mirar la vida. Los secretos, entre el sueño y el duerme vela, son los primeros en presentarse. Parecen un buen lugar para prender la lumbre y ahondar en la biografía verdadera. El brillo, el rescoldo de su luz invita a recorrerlos, a escapar de este desierto.
Así me veo cautivo por la tristeza, por las perlas que nunca vinieron, sombras que no toco, sueños que no vivo, perlas muertas que se tambalean en este interior de ausencias, contenedor del paso desperdiciado de los años.
Enfebrecido por la envidia culpo a la gonadotropina coriónica del malabarismo de dioptrías, del astigmatismo, del entibo de emociones que apagan la chispa radiante del humor: Reírse de mi sombra, de las frases tartamudas de un cerebro con forma de embudo, y de este cuerpo paticorto que me trajo hasta aquí en un viaje sin rumbo.
El día, tiempo venidero de lluvias, baldea la sangre coagulada de las heridas. Perdido en la oscuridad aún mantengo vivos los ojos arrasados por el sol, cicatriz lenta e incansable que aún me contempla. ¿Dónde estoy si ya no hay noche, ni recuerdos, ni nanas?
En este páramo solo puedo caminar.

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2 Comments:

At 03 abril, 2012 15:25, Blogger roberto said...

Así vamos todos, sin rumbo. En fin...

 
At 04 abril, 2012 22:00, Blogger Javier López Clemente said...

¿Y si el rumbo no fuera tan importante?? Viento en popa ;-)
Un abrazo Roberto.

 

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